Por
Marcos Ccoicca Fernández
APROXIMACIÓN A UNA DEFINICIÓN RELATIVA DE LA REALIZACIÓN
HUMANA
RESUMEN
En
la historia han existido muchos intentos de definir a la naturaleza humana y
encontrar la manera en que el hombre se realiza. Sin embargo, la mayoría de
estas han caído en desuso y han perdido validez. No existe nada que nos
garantice la validez universal de una definición de la realización humana. Por
ello el hombre es un prisionero de su época.
Sin
embargo, el hombre no necesita una definición universal, es decir, válida en
toda época y en toda sociedad; ya que el hombre es un ser finito temporalmente.
Con esto quiero decir que este ser vive, sueña, goza y sufre en el hoy, en el
ahora. Y es en el presente dónde puede encontrar su realización.
PALABRAS CLAVE
Realización
humana, naturaleza humana, esencia, racional, irracional, producto histórico,
definición, verdad, concepto, universal, absoluto.
I.
INTRODUCCION
Se puede considerar a la
naturaleza humana como la esencia (objetivo, óntico) del hombre, sin el cual el
hombre deja de ser hombre.
El concepto de la naturaleza
humana se puede definir o caracterizar. Por ejemplo podemos decir que el hombre
por naturaleza es racional, social, creativo, reflexivo, cultural, etc.
Si esto fuera realmente así,
el hombre debería buscar desarrollar y expresar estas capacidades naturales,
inherentes a su condición humana; y la sociedad y el régimen político en el
cual se encuentre, debería ayudarlo en esta actividad, creando las condiciones
materiales necesarias para su correcto desarrollo (realización). Posiblemente si
lograra esto, el hombre podría ser feliz.
Entonces, parece resuelto el
problema de la realización humana. Sin embargo, esto no es así.
Para realizarnos, debe
realizarse nuestra naturaleza humana. Al parecer esta realización se debe
buscar ya que de algún modo no nacemos realizados. Entonces el hombre
busca externamente su realización. Para
poder conseguir con acierto nuestra realización debemos saber dónde se
encuentra ella. Para saber dónde está eso que buscamos debemos saber qué es eso
que buscamos realizar. “Para saber dónde es que hay que aplicar la pomada, hay
que saber qué es lo que nos duele”. En fin, todo esto se resume en la pregunta:
¿qué es la naturaleza humana?
Las preguntas de este tipo
esperan respuestas en forma de de-finición
o de alguna forma similar que contenga la información suficiente acerca de lo que
busca la pregunta.
Para este caso, lo haremos
asumiendo una postura objetivista y universalizadora de la naturaleza humana.
-
Se puede entender a esta naturaleza como
esencia del hombre.
-
La naturaleza humana es inherente a su
condición.
-
Esta naturaleza trasciende espacio y tiempo;
es decir todo hombre que ha existido y existirá, por su sola condición humana,
posee esta naturaleza.
-
La naturaleza humana es independiente a los
rasgos externos (raza, tamaño, género, etc.) y a los rasgos internos
(personalidad, conciencia, credo, ideología, etc.).
-
La naturaleza humana es universal.
II.
SENTIDO
NEGATIVO DE LA INVESTIGACIÓN
No se puede saber
racionalmente si existe alguna basamenta natural en el ser humano que sea
inherente a él. No se puede saber cuál es la esencia del hombre.
Si existiera algo así, no se
podría conocer racionalmente. Y si se pudiera conocer por alguna vía irracional (intuitiva o alguna forma de
experiencia interna), no se podría comunicar ni definirlo.[1]
El lenguaje es un elemento
de la racionalidad humana.
Si bien es cierto el
lenguaje aparece con el hombre (y el hombre aparece con el lenguaje), esta
capacidad se expresa con las palabras y otras formas de manifestación.
Todos los conceptos que se
encuentran en la mente humana son un producto histórico. El hombre desde que
nace interactúa con su medio social. Con esta interacción dialéctica desarrolla
su capacidad mental y comunicativa. Cada concepto, y con ello cada palabra lo
ha obtenido por una constante interacción social.
La única afirmación que yo
podría hacer es que “no se puede definir a la naturaleza humana y por ello
tampoco definir a la realización humana”.
Aunque debemos reconocer que
se podrían hacer intentos de definición que no escaparían de sus limitaciones.
Lo que hoy se podría afirmar como válido y verdadero, no hay garantía que en un
futuro pueda seguir siendo considerado de la misma manera.
No puede haber una
definición válida universalmente, ya que toda aproximación a una definición se
hace con instrumentos, vale decir conceptos, vigentes y aceptados en una época
y sociedad determinada.
No podría negar
categóricamente que se pueda conocer “de alguna manera” la esencia humana (o
naturaleza humana); lo que sí afirmo es que de ese conocimiento pueda derivarse
una definición con validez universal; es decir, que se llegue a una verdad
absoluta.
La noción de esencia tiene
la característica de ser, no universal, sino universalizante. Lo
mismo ocurre con la validez de los DD.HH.
Han existido en la historia
del pensamiento algunas formas de concepciones de la naturaleza humana. Y estas
formas doctrinarias se han impuesto al hombre por medio de instituciones
encargadas de ello (por ejemplo la iglesia católica); además para darle legitimidad
se han servido de diversas creencias, como la creencia de un Dios que, en forma
de revelación, obsequia a los hombres el λóγος
divino. Una verdad objetiva, universal y única. Esta “verdad” del ser humano
(verdad sobre la esencia) y de su realización en Dios solo son formas
ideológicas que fundamentan la dominación de unos pocos sobre los demás. Así,
pues, tenemos ante nosotros la más grave consecuencia de asumir una postura
universalizante.
Hoy en día esta situación no
ha cambiado en mucho.
Esta realidad no solo es
propia de las sociedades orientales, al contrario, las formas ocultas más
represivas de dominación se encuentran en occidente.
Me refiero específicamente a
la doctrina católica, y solo a un tipo de postura dentro de ella.[2]
Esta religión edifica todo
un sistema de pensamiento racional sobre la base de un dogma. La figura del dogma religioso es
común a la mayoría de religiones del mundo; pero en la católica, como ya
mencioné se ha edificado un sistema racional (no racionalista) de pensamiento.
Esto es una consecuencia de la tendencia racionalizante (no racional) de la
cultura occidental que encuentra su origen próximo en el pensamiento helénico.
Aparte de esta
característica principal de la doctrina católica podemos hallar otra que le
proporcione un carácter represivo mayor. La iglesia católica se presenta ante
sus fieles como la divinidad institucionalizada; como la divinidad objetivada
en su forma terrenal y humana. Esto por supuesto, le confiere un peculiar plus
en la efectividad del engaño. Hace del ser supremo una divinidad presente;
presente para vigilar y entrar en la vida de todos los mortales que claman su
presencia.
Volviendo a lo que nos
ocupa. Si se pudiera tener conocimiento, y recalco “de alguna manera”, de la
naturaleza humana no se podría intentar corroborar su veracidad acudiendo a
otras personas y comunicarles el fruto de nuestra investigación; ya que como lo
he dicho anteriormente, las palabras desvirtúan el carácter universal de tal
conocimiento gracias a la No universalidad de estas.
De todo lo que he podido
afirmar acerca de la naturaleza humana debe inferirse coherentemente mi postura
respecto a la realización del hombre; ya que como dije en un inicio, si hay
algo que se realiza en el ser humano es su naturaleza.
Con esto, nos queda a todos
nosotros optar por alguna de estas alternativas: intentar contrariar lo que he
dicho elaborando definiciones de la realización humana que tengan carácter
universal ¡Magna tarea! Evitar de cualquier manera entrar en esta problemática
atendiendo a la impresión de que esta es un callejón sin salida. Asumir por fe
algún tipo de noción que podamos tener en la mente de realización humana. Pero
también podríamos, opción más loable, insertarnos nuevamente en esta
problemática tratando de darle una respuesta más certera que la aquí expuesta.
III.
SENTIDO
POSITIVO DE LA INVESTIGACIÓN[3]
Las sociedades a lo largo de
su historia han configurado modelos de realización; a lo cual el hombre, si
quería ser considerado “normal” en estas, tenía que buscar esa realización.
La realización no la crea el
hombre a su capricho, sino que surge en
el mismo desarrollo de las relaciones sociales y en su complejidad; y este
modelo de realización se desarrolla y cambia conforme cambia la sociedad.
La realización humana debe
enmarcarse dentro del contexto histórico-social en que se ha paradigmatizado.
Las variables son el espacio y el tiempo.
En una misma época pueden
existir varios modelos de realización humana; por ejemplo hoy en día, el estilo
de vida denominado capitalista ha configurado un modelo de realización en la
que el individuo realizado es aquel que ha logrado ocupar un espacio dentro de
este sistema (burócrata, empleado, obrero, ejecutivo, gerente); además que ha
logrado un buen estatus económico y social. Ha insertado en sí las reglas del
sistema y las ha racionalizado para darle un sentido a su vida; también
ha insertado en sí ciertos patrones de comportamiento (va a iglesia, asiste a
reuniones sociales, ve las noticias, se embriaga con sus amigos en los días de
fútbol, etc.); ha hecho lo mismo con las nociones de valor como la justicia,
libertad, etc.
Como se ve, ha racionalizado
todos los aspectos de este modelo. Incluso, aquí, él puede encontrar la
felicidad[4]. Se siente pleno cuando
alcanza este modelo de realización.
Pero en otros rincones de
este mundo se encuentran otras formas de sociedades en las cuales el modelo de
realización es diferente. Podríamos mencionar a algunas comunidades
campesinas que habitan los andes
centrales, las comunidades indias que profesan el budismo, y otras formas
similares de manifestación cultural.
[1] No
quiero entrar en cuestiones de irracionalidad. Mi mención a ello solo responde
al miedo de caer en una postura intolerante.
Debo reconocer que tengo limitaciones en el
conocimiento de las filosofías orientales, sobre todo la de la India.
No podría negar rotundamente, pese a no haber tenido
nunca una, la existencia de alguna forma de experiencia religiosa fruto del
contacto del oriental con la divinidad. Es un campo casi inexplorado por mí, y
si explorado, poco entendido. Por ello, repito, no niego este tipo de vivencia
espirituales que, al parecer, se dan en estas culturas. Esta es la razón del
por qué menciono, en mi exposición el término irracional.
[2]
Considero que también existen miembros con particulares formas de pensar dentro
de esta institución.
[3] Aquí el
concepto “realización humana” toma un sentido relativo.
[4]Felicidad: conciencia de realización.
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