viernes, setiembre 21, 2012


Por Marcos Ccoicca Fernández

APROXIMACIÓN  A UNA DEFINICIÓN RELATIVA DE LA REALIZACIÓN HUMANA

RESUMEN
En la historia han existido muchos intentos de definir a la naturaleza humana y encontrar la manera en que el hombre se realiza. Sin embargo, la mayoría de estas han caído en desuso y han perdido validez. No existe nada que nos garantice la validez universal de una definición de la realización humana. Por ello el hombre es un prisionero de su época.
Sin embargo, el hombre no necesita una definición universal, es decir, válida en toda época y en toda sociedad; ya que el hombre es un ser finito temporalmente. Con esto quiero decir que este ser vive, sueña, goza y sufre en el hoy, en el ahora. Y es en el presente dónde puede encontrar su realización.

PALABRAS CLAVE
Realización humana, naturaleza humana, esencia, racional, irracional, producto histórico, definición, verdad, concepto, universal, absoluto.

I.              INTRODUCCION
Se puede considerar a la naturaleza humana como la esencia (objetivo, óntico) del hombre, sin el cual el hombre deja de ser hombre.
El concepto de la naturaleza humana se puede definir o caracterizar. Por ejemplo podemos decir que el hombre por naturaleza es racional, social, creativo, reflexivo, cultural, etc.
Si esto fuera realmente así, el hombre debería buscar desarrollar y expresar estas capacidades naturales, inherentes a su condición humana; y la sociedad y el régimen político en el cual se encuentre, debería ayudarlo en esta actividad, creando las condiciones materiales necesarias para su correcto desarrollo (realización). Posiblemente si lograra esto, el hombre podría ser feliz.
Entonces, parece resuelto el problema de la realización humana. Sin embargo, esto no es así.
Para realizarnos, debe realizarse nuestra naturaleza humana. Al parecer esta realización se debe buscar ya que de algún modo no nacemos realizados. Entonces el hombre busca  externamente su realización. Para poder conseguir con acierto nuestra realización debemos saber dónde se encuentra ella. Para saber dónde está eso que buscamos debemos saber qué es eso que buscamos realizar. “Para saber dónde es que hay que aplicar la pomada, hay que saber qué es lo que nos duele”. En fin, todo esto se resume en la pregunta: ¿qué es la naturaleza humana?
Las preguntas de este tipo esperan respuestas en forma de de-finición o de alguna forma similar que contenga la información suficiente acerca de lo que busca la pregunta.
Para este caso, lo haremos asumiendo una postura objetivista y universalizadora de la naturaleza humana.
-          Se puede entender a esta naturaleza como esencia del hombre.
-          La naturaleza humana es inherente a su condición.
-          Esta naturaleza trasciende espacio y tiempo; es decir todo hombre que ha existido y existirá, por su sola condición humana, posee esta naturaleza.
-          La naturaleza humana es independiente a los rasgos externos (raza, tamaño, género, etc.) y a los rasgos internos (personalidad, conciencia, credo, ideología, etc.).
-          La naturaleza humana es universal.




II.             SENTIDO NEGATIVO DE LA INVESTIGACIÓN
No se puede saber racionalmente si existe alguna basamenta natural en el ser humano que sea inherente a él. No se puede saber cuál es la esencia del hombre.
Si existiera algo así, no se podría conocer racionalmente. Y si se pudiera conocer por alguna vía irracional (intuitiva o alguna forma de experiencia interna), no se podría comunicar ni definirlo.[1]
El lenguaje es un elemento de la racionalidad humana.
Si bien es cierto el lenguaje aparece con el hombre (y el hombre aparece con el lenguaje), esta capacidad se expresa con las palabras y otras formas de manifestación.
Todos los conceptos que se encuentran en la mente humana son un producto histórico. El hombre desde que nace interactúa con su medio social. Con esta interacción dialéctica desarrolla su capacidad mental y comunicativa. Cada concepto, y con ello cada palabra lo ha obtenido por una constante interacción social.
La única afirmación que yo podría hacer es que “no se puede definir a la naturaleza humana y por ello tampoco definir a la realización humana”.
Aunque debemos reconocer que se podrían hacer intentos de definición que no escaparían de sus limitaciones. Lo que hoy se podría afirmar como válido y verdadero, no hay garantía que en un futuro pueda seguir siendo considerado de la misma manera.
No puede haber una definición válida universalmente, ya que toda aproximación a una definición se hace con instrumentos, vale decir conceptos, vigentes y aceptados en una época y sociedad determinada.
No podría negar categóricamente que se pueda conocer “de alguna manera” la esencia humana (o naturaleza humana); lo que sí afirmo es que de ese conocimiento pueda derivarse una definición con validez universal; es decir, que se llegue a una verdad absoluta.
La noción de esencia tiene la característica de ser, no universal, sino universalizante. Lo mismo ocurre con la validez de los DD.HH.
Han existido en la historia del pensamiento algunas formas de concepciones de la naturaleza humana. Y estas formas doctrinarias se han impuesto al hombre por medio de instituciones encargadas de ello (por ejemplo la iglesia católica); además para darle legitimidad se han servido de diversas creencias, como la creencia de un Dios que, en forma de revelación, obsequia a los hombres el λóγος divino. Una verdad objetiva, universal y única. Esta “verdad” del ser humano (verdad sobre la esencia) y de su realización en Dios solo son formas ideológicas que fundamentan la dominación de unos pocos sobre los demás. Así, pues, tenemos ante nosotros la más grave consecuencia de asumir una postura universalizante.
Hoy en día esta situación no ha cambiado en mucho.
Esta realidad no solo es propia de las sociedades orientales, al contrario, las formas ocultas más represivas de dominación se encuentran en occidente.
Me refiero específicamente a la doctrina católica, y solo a un tipo de postura dentro de ella.[2]
Esta religión edifica todo un sistema de pensamiento racional sobre la base  de un dogma. La figura del dogma religioso es común a la mayoría de religiones del mundo; pero en la católica, como ya mencioné se ha edificado un sistema racional (no racionalista) de pensamiento. Esto es una consecuencia de la tendencia racionalizante (no racional) de la cultura occidental que encuentra su origen próximo en el pensamiento helénico.
Aparte de esta característica principal de la doctrina católica podemos hallar otra que le proporcione un carácter represivo mayor. La iglesia católica se presenta ante sus fieles como la divinidad institucionalizada; como la divinidad objetivada en su forma terrenal y humana. Esto por supuesto, le confiere un peculiar plus en la efectividad del engaño. Hace del ser supremo una divinidad presente; presente para vigilar y entrar en la vida de todos los mortales que claman su presencia.
Volviendo a lo que nos ocupa. Si se pudiera tener conocimiento, y recalco “de alguna manera”, de la naturaleza humana no se podría intentar corroborar su veracidad acudiendo a otras personas y comunicarles el fruto de nuestra investigación; ya que como lo he dicho anteriormente, las palabras desvirtúan el carácter universal de tal conocimiento gracias a la No universalidad de estas.
De todo lo que he podido afirmar acerca de la naturaleza humana debe inferirse coherentemente mi postura respecto a la realización del hombre; ya que como dije en un inicio, si hay algo que se realiza en el ser humano es su naturaleza.
Con esto, nos queda a todos nosotros optar por alguna de estas alternativas: intentar contrariar lo que he dicho elaborando definiciones de la realización humana que tengan carácter universal ¡Magna tarea! Evitar de cualquier manera entrar en esta problemática atendiendo a la impresión de que esta es un callejón sin salida. Asumir por fe algún tipo de noción que podamos tener en la mente de realización humana. Pero también podríamos, opción más loable, insertarnos nuevamente en esta problemática tratando de darle una respuesta más certera que la aquí expuesta.
III.            SENTIDO POSITIVO DE LA INVESTIGACIÓN[3]
Las sociedades a lo largo de su historia han configurado modelos de realización; a lo cual el hombre, si quería ser considerado “normal” en estas, tenía que buscar esa realización.
La realización no la crea el hombre a su capricho, sino que  surge en el mismo desarrollo de las relaciones sociales y en su complejidad; y este modelo de realización se desarrolla y cambia conforme cambia la sociedad.
La realización humana debe enmarcarse dentro del contexto histórico-social en que se ha paradigmatizado. Las variables son el espacio y el tiempo.
En una misma época pueden existir varios modelos de realización humana; por ejemplo hoy en día, el estilo de vida denominado capitalista ha configurado un modelo de realización en la que el individuo realizado es aquel que ha logrado ocupar un espacio dentro de este sistema (burócrata, empleado, obrero, ejecutivo, gerente); además que ha logrado un buen estatus económico y social. Ha insertado en sí las reglas del sistema y las ha racionalizado para darle un sentido a su vida; también ha insertado en sí ciertos patrones de comportamiento (va a iglesia, asiste a reuniones sociales, ve las noticias, se embriaga con sus amigos en los días de fútbol, etc.); ha hecho lo mismo con las nociones de valor como la justicia, libertad, etc.
Como se ve, ha racionalizado todos los aspectos de este modelo. Incluso, aquí, él puede encontrar la felicidad[4]. Se siente pleno cuando alcanza este modelo de realización.
Pero en otros rincones de este mundo se encuentran otras formas de sociedades en las cuales el modelo de realización es diferente. Podríamos mencionar a algunas comunidades campesinas  que habitan los andes centrales, las comunidades indias que profesan el budismo, y otras formas similares de manifestación cultural.



[1] No quiero entrar en cuestiones de irracionalidad. Mi mención a ello solo responde al miedo de caer en una postura intolerante.
Debo reconocer que tengo limitaciones en el conocimiento de las filosofías orientales, sobre todo la de la India.
No podría negar rotundamente, pese a no haber tenido nunca una, la existencia de alguna forma de experiencia religiosa fruto del contacto del oriental con la divinidad. Es un campo casi inexplorado por mí, y si explorado, poco entendido. Por ello, repito, no niego este tipo de vivencia espirituales que, al parecer, se dan en estas culturas. Esta es la razón del por qué menciono, en mi exposición el término irracional.
[2] Considero que también existen miembros con particulares formas de pensar dentro de esta institución.
[3] Aquí el concepto “realización humana” toma un sentido relativo.
[4]Felicidad: conciencia de realización.

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