miércoles, enero 07, 2009

UN MODO DE VIDA

Un modo de vida, eso es para nosotros a filosofía. Unidad entre el pensar y el obrar, entre a conciencia de si mismo y a tensión constante con un deber ser, Un quehacer crítico, una palabra externa sostenida por intuiciones superiores, una posibilidad cada vez mejor elaborada de dar respuestas a los problemas que aquejan a la humanidad, una visión de grandeza que nos corresponde alcanzar.

Si esto somos, habremos superado la autosuficiencia de los filósofos profesionales, auto-erigidos gratuitamente en jueces de nuestro camino. con claro intento de hegemonizar cualquier definicion posible de filosofía, o simplemente relativizando todo el quehacer filosófico a una concepcion occidentalizadora y negando incluso ese privilegio del ser pensante a los mortales de civilizaciones distintas.

Pero, nosotros en cambio constatamos que todo pueblo forma sus sabios, porque a diferencia de los animales, los seres humanos requieren unificar criterios y llegar a convivir exitosamente, es decir alcanzando un nivel de confianza mutua.

Y es sabio el que no obstante las limitaciones espacio temporales de su presencia histórica, penetra con su inteligencia en las articulaciones del mundo las comprende y luego formula una explicación, que por su testimonio de autenticidad, sirve de vía unitiva de las otras inteligencias y las voluntades ara ordenarse primero como constructores solidarios de las soluciones urgentes y prever grandes metas hacia adelante.

La vivencia del sabio incluye aspectos perceptivos, intelectivos, afectivos, valóricos e impulsos de acción uniforme y acciones novedosas.

Cuando parcialmente asumimos nuestra realidad, por la pura intuición o por las conveniencias afectivas, o el razonamiento, cumplimos fases parciales del sabio, acciones parciales de sabiduría

La filosofía es un camino de sabiduría, en los límites históricos de su desarrollo y en a extensión de toda la historia al mismo tiempo.

El pensar la filosofía es definirla o describirla, como hacemos hoy, aquí. Pero eso es solamente un aspecto muy pequeño. El camino real, es un hacer de especiales características que no se refieren solamente a los frutos de las manos del hombre, sino al conjunto total de sus acciones. Un hacer total, que coincide con su existencia, que guarda coherencia entre o que se piensa, o que se declara y lo que se realiza.

Y la filosofía es también un decir, pero hay varias maneras del decir: una forma espontánea, sin mayor compromiso de nuestras neuronas que el simple reflejo al modo de una interjección o la queja de una aflicción sufrida, otra forma es la emotiva, que bajo la potente impresión anímica de lo que nos sucede sea por la inmensa alegría o por el pesar o la ira, es la lengua la que enseñorea sacando de nuestro bagaje de informaciones una serie de argumentos que no siempre nos otorga el orgullo de haberlos expuesto.

Otras formas son, la conjetura, el raciocinio inconcluso al modo de un parto no siempre feliz.

No obstante hay otra forma muy distinta de expresarnos: es la que nace de un proceso mental que nos garantice el no ahogarnos en el error, pero si se limita a la objetividad, a lo estrictamente corroborable, eso es ciencia y si va mas allá de la ciencia si compromete todo nuestro ser, en cuanto nos entendemos y en cuanto simplemente nos constatamos aunque de esta situación no tengamos mucha explicación, si englobamos toda la potencialidad de nuestra existencia, ese decir, es el de la filosofía. Que nos permite salir de nuestra interioridad y convivir, de modo qeu la aspiración sincera no sea otra que es coincidente el decir nuestro con lo que somos.

Es un decir auténtico, un decir responsable, es una expresión que comporta nuestro ser y nos compromete con los otros que son como nosotros.

Es un quehacer y un mundo totalmente distinto a los que hoy, con el llamado “pensamiento débil” se propone una suerte de definición de filosofía donde se da cabida posiblemente a cualquiera de los otros decires, porque no incluyen en ello la plena responsabilidad.

Ser, pensar, desear, querer, decir, deber y hacer y transformar, en perspectivas del entendimiento nuestro de lo que es filosofía no son sino aspectos de un modo de vivir.

Un modo de ser que tampoco se agota en la suposición de poseer la verdad porque habrá que entender que la verdad es sólo una fase de la sabiduría y antes que una instancia final o definitiva es un quehacer dinámico constituido por lo que se dice en un momento significativo, donde la plenitud del ser implica su puntual presencia, por tanto un decir fiel con lo que sucede y se desenvuelve metamorfoseándose, continuando y no sumiéndose en la nada.

De modo que siendo la verdad tan dinámica y tan necesaria, lo que es verdadero lo es y lo será para siempre, en cuanto suceso realizado en el tiempo, lo dado en un momento que dejó para siempre el no-ser, aunque no del mismo modo en que se torna luego en la maravillosa dinamicidad que constituye la Existencia.

La filosofía es entonces un modo de vida cuya autenticidad es entendida cuanto mas idéntica si contiene la convicción de dicha autenticidad, un modo de vida tanto más fugaz y transformador se muestra, cuanto mas nos personaliza y nos eterniza y convence de nuestra misión transformadora. tanto más nos pone en el riesgo extremo de acabar como individuos hechos probablemente para una sola vez, cuanto mas descubrimos la trascendencia en el otro, en hacer semilla, en dejar huella.

La trascendencia tan deseada y tan negada, es el pasaje que nos humaniza, el estadio al que se llega sólo con la compasión, es decir cuando encontramos al otro y somos capaces de padecer lo que el otro padece y nos aunamos a la superación de la oscuridad, el dolor y el mal en busque da de la luz que falta o la felicidad que todos aspiramos.

Así es como la filosofía es un camino humanizador no más tortuoso que glorioso, al que todos al nacer, estámos invitados vivir.

No hay comentarios.: